A veces llegan a mí textos que considero que pueden aportarnos buenas cosas. Aquí os dejo un texto de Bert Hellinger donde nos habla de esas personas que a veces se sienten “raras” “extrañas” o “diferentes” dentro de sus familias o círculos cercanos.
Muchas veces seguimos la línea familiar lo cual es fantástico si es nuestra decisión y lo que deseamos, pero otras veces tomamos un camino totalmente distinto. A mí me paso, no tengo ninguna persona cercana que se dedique a la psicología, de hecho, casi todos son del mismo ámbito, sin embargo, siempre luche por mi sueño. Siempre he pensado que debemos trabajar en lograr aquello que nos hace felices. Con este texto simplemente quiero que si te sientes la “oveja negra” o la persona “diferente” de tu ámbito no dejes que esa idea haga que te quedes atrás en la persecución de tus sueños. Ser una “oveja negra” no tiene por qué ser malo….
Las llamadas «Ovejas Negras» de la familia son en realidad Buscadores Natos de caminos de liberación para el árbol genealógico. Aquellos miembros del árbol que no se adaptan a las normas o tradiciones del Sistema Familiar, aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, yendo en contravía de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras.
Las «Ovejas Negras», las que no se adaptan, las que gritan rebeldía, cumplen un papel básico dentro de cada sistema familiar, ellas reparan, desintoxican y crean una nueva y florecida rama en el árbol genealógico. Gracias a estos miembros, nuestros árboles renuevan sus raíces. Su rebeldía es tierra fértil, su locura es agua que nutre, su terquedad es nuevo aire, su apasionamiento es fuego que vuelve a encender el corazón de los ancestros. Incontables deseos reprimidos, sueños no realizados, talentos frustrados de nuestros ancestros se manifiestan en la rebeldía de dichas ovejas negras buscando realizarse.
El árbol genealógico, por inercia querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico de su tronco, lo cual hace la tarea de nuestras ovejas una labor difícil y conflictiva.
Sin embargo, ¿Quién traería nuevas flores a nuestro árbol sino fuera por ellas? ¿Quién crearía nuevas ramas? Sin ellas, los sueños no realizados de quienes sostienen el árbol generaciones atrás, morirían enterrados bajo sus propias raíces.
Que nadie te haga dudar, cuida tu «rareza» como la flor más preciada de tu árbol. Eres el sueño realizado de todos tus ancestros.