Hoy os voy a proponer un experimento:
Me gustaría que cada uno de vosotros, en vuestra casa o lugar de trabajo, se centrase durante unos minutos en fijarse en cuántas cosas de color azul hay. Fijaros bien porque es importante para el experimento. solo las cosa, objetos y demás de color azul, esto es muy importante. Da igual si son mas claras u oscuras siempre que sean solo azules. Podéis estar hasta 3 minutos mirando.
Os dejo unos minutos
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¿ya?
Vale, ahora vamos a girar nuestra silla….
vamos a respirar……..
y vais a intentar recordad todas las cosas de la habitación de color amarillo.
Supongo que os habréis quedado un poco desilusionados. Habéis estado un buen rato intentando ver todo lo azul que había en la habitación, memorizando cada elemento y cada objeto de este color y llego yo y os pregunto por los objetos de color amarillo.
Probablemente no os acordéis de muchas cosas amarillas porque habéis estado buscando solo las azules, así que ahora quiero que os fijéis en todo aquello de color amarillo de la habitación. da igual si es pequeñito o de color tenue. Mirad detenidamente y seguro que encontráis más cosas de las que creéis.
¿Qué sentido tiene todo esto? ¿De qué sirve que me fije tanto en los elementos azules si luego me pregunta por los amarillos?
La idea de este pequeño experimento es muy simple: si solo nos fijamos en un determinado tipo de cosas y focalizamos toda nuestra energía y tiempo en ellas, no podremos ver el resto de cosas que también están ahí.
Si nos centramos solo en lo malo, en lo negativo, en lo que nos daña (lo azul en este experimento) no podremos ver lo que nos ayuda, lo que nos gusta, lo positivo (lo amarillo). En otras palabras: Si una espera lo peor inevitablemente encontrara lo peor perdiéndose, de esta forma, las cosas buenas.
Cuando estamos mal es muy difícil ver cosas buenas, pero intentar ver alguna nos puede ayudar mucho. Muchas veces cuando mis pacientes vienen a terapia muy mal, tristes, sin ver sentido a nada les suelo decir: “si no ves sentido a nada ¿qué haces aquí?”. Dentro de su tristeza y su malestar han tenido la valentía y la fuerza de ver un objeto amarillo: la terapia. Solo eso ya es muchísimo. Solo la fuerza de querer superarlo, de buscar ayuda y de dejarse ayudar es un paso enorme y es ver algo bueno entre tanto malo.
Os animo a que hoy, sobre todo los que tengáis un mal día, busquéis ese objeto “amarillo”. Puede ser una sonrisa de alguien, una llamada, un paseo, una entrega de trabajo a tiempo, una palabra amable, un sentirse bien con ese vestido, no perderme el capítulo de mi serie favorita, comer algo que nos encante, escuchar una canción que nos guste…millones de cosas. Sólo os pido eso, buscar ese momento amarillo, por pequeño que sea dentro de todas esas cosas azules que hayáis visto o vivido hoy. Puede que haya mucho azul, pero os reto a encontrar esa “cosita amarilla» de hoy.
Si no lográis ver ninguna pequeña cosita amarilla a diario o queréis empezar a ver más amarillo que azul, pero no lográis hacerlo solos, acudid a un buen profesional. Todos los que nos dedicamos a esto estaremos encantados de, juntos, empezar a ver más lo “amarillo” y llevar mejor lo “azul”.
¡Que tengáis un excelente día!